Diferencia entre revisiones de «La escafandra y la mariposa»

Revisión actual del 12:24 20 nov 2011

Le Scaphandre et le Papillon

Título	La escafandra y la mariposa
VIII Muestra de Cine Internacional
Ficha técnica
Dirección	Julian Schnabel
Producción	Kathleen Kennedy Jon Kilik
Diseño de producción	Michel Eric Laurent Ott
Guión	Ronald Harwood (basada en el libro de Jean-Dominique Bauby)
Música	Paul Cantelon
Fotografía	Janusz Kaminski
Montaje	Juliette Welfing
Vestuario	Olivier Beriot
Reparto	Mathieu Amalric (Jean-Dominique Bauby) Emmanuelle Seigner (Céline Desmoulin) Marie-Josée Croze (Henriette Durand) Anne Consigny (Claude) Patrick Chesnais (doctor Lepage) Niels Arestrup (Roussin) Olatz Lopez Garmendia (Marie Lopez) Jean-Pierre Cassel (Lucien) Marina Hands (Joséphine) Max von Sydow (Papinou) Isaach de Bankolé (Laurent) Emma de Caunes (Eugenia)
Datos y cifras
País(es)	Francia
Año	2007
Género	Drama
Duración	112 minutos

Esta película no llegó a proyectarse debido a problemas con el permiso de exhibición de algunas cintas, siendo sustituida por "Lejos de ella" (Canadá - 2006) de la autora: Sarah Polley.

Reseña

Jean Dominique Bauby, exitoso periodista francés, redactor-jefe de la conocida revista Elle, sufrió, cuando tenía cuarenta y dos años, un accidente cerebro vascular, que le dejó como secuela la imposibilidad de mover cualquier parte de su cuerpo, con la única excepción del ojo izquierdo. Gracias a un ingenioso sistema de comunicación, basado en la combinación de la exposición del alfabeto y su “marcado” a través del parpadeo de ese único ojo, consiguió no sólo comunicarse con las personas de su entorno cercano, sino, lo que resulta aún más increíble, escribir un libro, pocos días después de cuya publicación falleció.

Si alguien que me hubiera aportado esa información –que, por lo demás, se refiere a un caso real-, me hubiera dicho a continación que la misma iba a constituir la premisa argumental sobre la que articular una película de ficción, me hubiera arrancado una sardónica sonrisa de escepticismo, ante el convencimiento del absoluto desastre hacia el que un proyecto de ese tipo podría precipitarse. Bien, tal proyecto se ha materializado, y, nobleza obliga, me he tenido que “envainar la sonrisa” de marras: el film que Julian Schnabel ha realizado, basándose en dicha historia (La escafandra y la mariposa), constituye una hermosa experiencia cinematográfica, no sólo plena de sensibilidad y exaltación vital más o menos soterrada, sino, por encima de todo ello, construida con una habilidad dramática extraordinaria, hasta el punto de terminar resultando un film, pese a la dureza emotiva de algunos de sus pasajes, francamente entretenido.

Schanbel maneja con habilidad, y excelente tempo constructivo, los saltos temporales, de forma que la narración lineal de la peripecia vital de Bauby “post-accidente” se va viendo salpicada, por un lado, por flashbacks que nos retrotraen (dándonos algunas claves, a veces, eso sí, de manera demasiado explícita) a episodios de su vida “pre-accidente”, y, por otro, a proyecciones mentales, fruto de su imaginación, de experiencias que hubiera querido vivir (y que su incólume estado cerebral interno le permite elaborar sin mayor dificultad). De esa forma, tenemos una panorámica bastante completa del personaje, además de un ritmo de relato fílmico que jamás decae, y que hace que las casi dos horas de visionado no resulten, en ningún momento, lentas ni pesadas.

En suma, se trata La escafandra y la mariposa de una propuesta sorprendentemente agradable, que conjura, además, el peligro (siempre acechante…) de la ñoñería derivada de un exceso de sensibilidad ante la dureza de los condicionantes de su historia: magnífico trabajo de elaboración de la historia, y no menos eficiente en cuanto a la puesta en escena. El aluvión de premios y reconocimientos con que se vio acogida en nuestro país vecino no es, en modo alguno, inmerecido; así que vengan, amigos lectores, y compruébenlo por ustedes mismos.