Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).

PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA

Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba

Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.

CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.

Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.

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Hizo la presentación el [[Papi y Cahue|Cahue]], esto es, [[Antonio Perea Torres]], y se confesó de la manera más natural, pero al tiempo tan descarnada como sólo cabe en quien pone todo a un envite. Tres figuras quedaron luego en el escenario, aunque [[Juan Carlos Villanueva]], el intérprete del monólogo, quedaba muy en primer plano sin necesidad de artilugios escénicos. [[Antonio Muñoz El Toto]] y [[José Manuel Villatoro]], cantaor y guitarrista, respectivamente, fueron eficacísimos elementos de apoyo.
 
Hizo la presentación el [[Papi y Cahue|Cahue]], esto es, [[Antonio Perea Torres]], y se confesó de la manera más natural, pero al tiempo tan descarnada como sólo cabe en quien pone todo a un envite. Tres figuras quedaron luego en el escenario, aunque [[Juan Carlos Villanueva]], el intérprete del monólogo, quedaba muy en primer plano sin necesidad de artilugios escénicos. [[Antonio Muñoz El Toto]] y [[José Manuel Villatoro]], cantaor y guitarrista, respectivamente, fueron eficacísimos elementos de apoyo.
  
La tensión emocional que se hizo en la sala fue sorprendente. ¿Qué hubiera pasado con una caja negra, un centro de luz para [[Juan Carlos Villanueva|Villanueva]] y una penumbra para los flamencos? En algún momento se produjo el sobresalto, la angustia, el nerviosismo en su silencio contenido. [[Juan Carlos Villanueva|Villanueva, magistral en todo momento, traducía esa tremenda mueca de la seguiriya o el martinete, el ensimismamiento de la soleá, el presagio del Taranto. Los versos iban luego desgranándose con una naturalidad de cuchillo ardiendo sin estridencias, con las palabras como notas ajustadas de una sobrecogedora melodía. Sinceramente, hacía tiempo que no escuchaba con tanta calidad unos versos, versos de una sinceridad aplastante.
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La tensión emocional que se hizo en la sala fue sorprendente. ¿Qué hubiera pasado con una caja negra, un centro de luz para [[Juan Carlos Villanueva|Villanueva]] y una penumbra para los flamencos? En algún momento se produjo el sobresalto, la angustia, el nerviosismo en su silencio contenido. [[Juan Carlos Villanueva|Villanueva]], magistral en todo momento, traducía esa tremenda mueca de la seguiriya o el martinete, el ensimismamiento de la soleá, el presagio del Taranto. Los versos iban luego desgranándose con una naturalidad de cuchillo ardiendo sin estridencias, con las palabras como notas ajustadas de una sobrecogedora melodía. Sinceramente, hacía tiempo que no escuchaba con tanta calidad unos versos, versos de una sinceridad aplastante.
  
 
Al final, todos de pie aplaudimos largo rato, hasta que nos dolieron las manos. Aplaudimos un poema dramático en su más alta condición: la tragedia. El drama es la representación de la vida por medio de personajes. Un solo personaje había allí, el suicida, y el coro, los flamencos. ¡Cuánta belleza, cuánta grandeza en la situación-límite del hombre! ¡Cuánto arte se necesita para decir sencillamente la verdad y decirla con naturalidad! Qué duda cabe que estuvo el duende allí aquella tarde. Camino de casa, las coplas se amontonaban en las sienes: “Dejadme solo esta tarde, que tengo que hablar conmigo y tiene Dios que escucharme”. Aquella otra de la angustia: “Porque ya no puedo más/ las fuerzas me están faltando/ ni siquiera este taranto/ voy a poder terminar/ por eso canto llorando”.
 
Al final, todos de pie aplaudimos largo rato, hasta que nos dolieron las manos. Aplaudimos un poema dramático en su más alta condición: la tragedia. El drama es la representación de la vida por medio de personajes. Un solo personaje había allí, el suicida, y el coro, los flamencos. ¡Cuánta belleza, cuánta grandeza en la situación-límite del hombre! ¡Cuánto arte se necesita para decir sencillamente la verdad y decirla con naturalidad! Qué duda cabe que estuvo el duende allí aquella tarde. Camino de casa, las coplas se amontonaban en las sienes: “Dejadme solo esta tarde, que tengo que hablar conmigo y tiene Dios que escucharme”. Aquella otra de la angustia: “Porque ya no puedo más/ las fuerzas me están faltando/ ni siquiera este taranto/ voy a poder terminar/ por eso canto llorando”.

Revisión del 13:18 21 may 2010

Los martes del Ateneo de Córdoba nos llevan ahora a la Casa de la Juventud en calle Adarve. Nos parecía demasiado truculento eso de Ensayo para un suicidio, pero fuimos por ver qué quedaba de aquellos Papi y Cahue que tanta lata dieron en su tiempo, queríamos saber si estaban todavía vigentes.

Hizo la presentación el Cahue, esto es, Antonio Perea Torres, y se confesó de la manera más natural, pero al tiempo tan descarnada como sólo cabe en quien pone todo a un envite. Tres figuras quedaron luego en el escenario, aunque Juan Carlos Villanueva, el intérprete del monólogo, quedaba muy en primer plano sin necesidad de artilugios escénicos. Antonio Muñoz El Toto y José Manuel Villatoro, cantaor y guitarrista, respectivamente, fueron eficacísimos elementos de apoyo.

La tensión emocional que se hizo en la sala fue sorprendente. ¿Qué hubiera pasado con una caja negra, un centro de luz para Villanueva y una penumbra para los flamencos? En algún momento se produjo el sobresalto, la angustia, el nerviosismo en su silencio contenido. Villanueva, magistral en todo momento, traducía esa tremenda mueca de la seguiriya o el martinete, el ensimismamiento de la soleá, el presagio del Taranto. Los versos iban luego desgranándose con una naturalidad de cuchillo ardiendo sin estridencias, con las palabras como notas ajustadas de una sobrecogedora melodía. Sinceramente, hacía tiempo que no escuchaba con tanta calidad unos versos, versos de una sinceridad aplastante.

Al final, todos de pie aplaudimos largo rato, hasta que nos dolieron las manos. Aplaudimos un poema dramático en su más alta condición: la tragedia. El drama es la representación de la vida por medio de personajes. Un solo personaje había allí, el suicida, y el coro, los flamencos. ¡Cuánta belleza, cuánta grandeza en la situación-límite del hombre! ¡Cuánto arte se necesita para decir sencillamente la verdad y decirla con naturalidad! Qué duda cabe que estuvo el duende allí aquella tarde. Camino de casa, las coplas se amontonaban en las sienes: “Dejadme solo esta tarde, que tengo que hablar conmigo y tiene Dios que escucharme”. Aquella otra de la angustia: “Porque ya no puedo más/ las fuerzas me están faltando/ ni siquiera este taranto/ voy a poder terminar/ por eso canto llorando”.

Diario Córdoba, 15 de diciembre de 1991