Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
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Carlos Jiménez Díaz (Madrid, 10 de febrero de 1898 - 18 de mayo de 1967) fue un médico español.
Cursó todos sus estudios en Madrid, obteniendo, en 1919, el doctorado en Medicina. Pasa luego dos años en Alemania, formándose especialmente en las ciencias médicas básicas, con lo que logra afianzar su agudo sentido clínico en una sólida base anatomopatológica, bioquímica y experimental. De retorno a España, oposita a una cátedra de Patología médica, que sólo por demasiado joven no había de alcanzar entonces; aunque lo lograría sin la menor dificultad, poco después, cuando sólo contaba 24 años de edad. Tras de regentar durante dos cursos la cátedra de Clínica médica de Sevilla, pasa en 1926, por nueva oposición, a la de Madrid, donde hasta su muerte había de ejercer un brillante magisterio que atraería tanto a alumnos como a numerosos profesionales de la Medicina.
Pronto concibe Jiménez Díaz la idea de lo que —junto con la docencia universitaria y el trabajo clínico hospitalario y privado— iba a constituir la razón de su vida: la creación de un Instituto, que reuniera clínicas y laboratorios en un conjunto bien estructurado, dedicado a la investigación al servicio de la Medicina. Logra interesar en la empresa a notorias personalidades de la vida nacional, bajo cuyo amparo toma cuerpo el Instituto de Investigaciones Médicas, que se instala en una de las alas de la nueva Facultad de Medicina de Madrid y comienza a funcionar en la primavera de 1936. Pero poco después, durante la Guerra Civil, aquellos parajes son campo de batalla y todo queda arrasado. Entretanto Jiménez Díaz da conferencias en Londres y prepara un libro en París. Nuevamente de regreso a su patria, dirige temporalmente un hospital en San Sebastián, hasta que puede establecerse en Madrid. Al terminar la contienda, las destrucciones materiales y más aún las incomprensiones que Jiménez Díaz había de sufrir impiden la reanudación de la tarea de su Instituto en los locales de la Facultad. Pese a los obstáculos, renace con bríos de nueva fundación el 13 de febrero de 1940, en una casa del barrio del Pacífico. Sólo al cabo de dos años, el enorme prestigio del doctor, puesto de manifiesto en una brillante gira cultural por la América de habla española y avalado por la concesión de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, le dará nuevo espacio para los laboratorios en la Ciudad Universitaria. Como aún le faltaban las clínicas, hubo de opositar a una plaza del Hospital General; tras su primer ejercicio, el tribunal decide la concesión de la misma, dada la superior categoría del candidato.
En 1945, el Instituto de Investigaciones Médicas abre sus puertas en el edificio de nueva planta que se eleva en La Moncloa, sobre las ruinas de la benemérita «Fundación Rubio», del que es parte principal la famosa Clínica que, por el nombre de la esposa de Jiménez Díaz, compañera eficaz en todos estos afanes, sería llamada de la Concepción. Sucesivas ampliaciones permitirían concentrar allí las instalaciones dispersas y montar otras nuevas. Allí se celebraría en 1958 el IV Congreso Internacional de Medicina Interna. En ella funciona una prestigiosa Escuela de posgraduados y otra de enfermeras. Entre los años 1955 y 1960 se haría una interesante experiencia docente, dirigida a estudiantes de Medicina, que se vio ahogada por las escasas posibilidades de autonomía universitaria; posteriormente se reanudó esta actividad en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid.
El profesor Jiménez Díaz fue académico de número en la Nacional de Medicina y de honor de diversas Academias; Doctor honoris causa por las Universidades de Coimbra y de Navarra; miembro fundador de la Sociedad Internacional de Medicina Interna —que presidiría entre los años 1960-64— de las de Alergia, Cardiología y otras varias; premio Juan March; medalla Sahli, etc.
Son bien conocidas sus Lecciones de Patología médica (1934-52), Problemas de la Patología interna (1944 y 1953), El asma y procesos afines (1953) y El médico explorando a su enfermo (1954) y muchos de sus numerosos artículos científicos. La Revista Clínica Española, por él fundada en 1940, mantiene su gran altura científica en la actualidad. En 1948 se inició la edición del Bulletin of the Institut for Medical Recherches.
Problemas médicos que ha estudiado especialmente Jiménez Díaz con sus colaboradores son los del «latirismo», las esteatorreas, el asma, el fenómeno de la inmunosupresión, la hipertensión y la patología renal. Su criterio médico supo unificar la visión anatomo-clínica de la ciencia germana con la fisiopatológica del ámbito anglosajón.
A pesar de la grave afección sufrida en 1963, y del duro accidente de carretera acaecido dos años después, continuó D. Carlos su labor incansable apoyado en sus muletas; murió súbitamente, mientras trabajaba en su propia Clínica, el 19 de mayo de 1967.
La constitución en 1962 de la Fundación Jiménez Díaz, la generosidad del fundador y de su esposa —fallecida poco después— y el plantel de eminentes colaboradores formados en su estilo clínico, científico y humano, garantizan la continuidad de la labor emprendida por esta figura señera de la Medicina española contemporánea.
Bibliografía
- C. JIMÉNEZ DÍAZ, La historia de mi Instituto, Madrid 1965 ISBN 978-84-7121-063-0
- M. GÓMEZ SANTOS, Cinco grandes de la Ciencia española, Madrid 1968 ISBN 978-84-7030-127-8