Puente Romano "El Salado"

Esta arquitectura es un puente de autor desconocido y se llama el Puente Romano, está situado en el término municipal de Villa del Río, a un kilómetro de la población en dirección este y sobre la Vía Augusta. Con respecto a la cronología la mayoría de las opiniones lo sitúan en época de Augusto, aunque no se tiene una fecha exacta.

El material del que está hecho es de arenisca de la zona, que en la clasificación de Pettjhon de 1957 corresponde a una arcosa potásica, mezclada con arcilla y dióxido de hierro con algo de fracción limosa.

El Puente Romano tiene una estructura asimétrica y está formado por tres arcos; uno central que mide 8’90 m. de anchura y dos más pequeños, uno de 3’50 m. y el otro de 3 m., además de estos, hay otro tercero en el lado derecho algo más pequeño que mide 2’60 m. El arco central es más alto y provoca en el puente un perfil puntiagudo. Presenta arquillos de aligeramiento en los pilares, los cuales miden 1’10 m. de ancho por 1’88 m. de alto.

Se presentan en este puente unas características no muy usuales: almohadillado, parte del sillar que sobresale con aristas achaflanadas o redondeadas. Se conservan la mayoría de estos sillares, algunos muy pronunciados. Sillares que son bastantes homogéneos y tienen 80 cm. de longitud, 50-70 de grosor y 40-50 de altura. Lo que se conserva presenta el sistema de aparejo isódomo, muy utilizado en el mundo romano. Debido al paso del tiempo se ha tenido que someter el puente a procesos de restauración y se han añadido partes que presentan otro tipo de aparejo. Las dovelas están engatilladas en la rosca para que no se muevan. Están almohadilladas con una plasticidad casi escultórica. Los arcos menores se apoyan sobre las dovelas de los arquillos de manera que las dóvelas de éstos últimos constituyen la jamba de los primeros.

La parte superior del puente está remodelada con sillares sin almohadillado, al igual que la rosca del arco central e izquierdo que utiliza grandes ladrillos. También se puede observar tajamares triangulares en la fachada contracorriente que servía para llevar las aguas hacia los arcos, estaban formados por sillares almohadillados que se unen perfectamente a su pilar correspondiente. Había un tajamar que servía para romper la fuerza de la corriente.

Actualmente lo que se conserva de original son los dos arcos de la derecha y casi todo el central, así como también son originales el arranque del puente hasta los pilares. Debido a las fuertes lluvias y al paso del tiempo está en proceso de restauración, aunque no es ésta la primera vez, ya que se han efectuado remodelaciones, por ejemplo, en toda la parte superior.

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