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Fernando II de León

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Fernando II de León (¿?, 1137 - Benavente, Zamora, 21 de enero de 1188). Rey de León (1157 - 1188).

Segundo hijo de Alfonso VII de León, que murió el 21 de agosto de 1157, dejando el Reino de Castilla a su hijo mayor Sancho, y el Reino de León a Fernando, contradiciendo su política unificadora. Su madre fue Berenguela de Barcelona.

Educación

Su educación fue confiada al conde gallego Fernando Pérez de Traba de la misma estirpe que los antiguos caballeros de su abuela, la reina Urraca, y de los preceptores y defensores de su padre, el emperador. Pronto fue iniciado en las tareas de gobierno. Desde 1151, en documentos de León y Galicia es habitual su confirmación con el título de rex. Pronto se vio rodeado de importantes magnates de estos reinos como Poncio de Minerva, los condes Ramiro Froilaz, Pedro Alfonso, o el propio Fernando Pérez de Traba.

En un concilio iniciado en Valladolid el año 1155 se acordaron los términos de la división de los estados de su padre. Allí se asignaron claramente bajo su soberanía los reinos de León y Galicia, excluyéndose la Tierra de Campos, Sahagún y Asturias de Santillana.

Inicio de su reinado, tratados y primer matrimonio con Urraca, infanta de Portugal

En 1158 acuerda con su hermano Sancho III, en el Tratado de Sahagún (23 de mayo), guerrear contra los musulmanes, repartirse el territorio conquistado, no intentar reunir ambos reinos y la repartición del recién creado (1139) Reino de Portugal. La temprana muerte de su hermano, arruina tales planes.

Durante este tiempo Castilla se verá azotada por la rivalidad entre las poderosas familias de los Castro y de los Lara.

Durante la minoría de edad de su sobrino Alfonso VIII de Castilla, entró en Castilla (1159) al frente de un numeroso ejército, exigiendo, para poner fin a las calamidades que afligían al reino, que los Lara le entregasen la persona del rey su sobrino, de cuya educación ofrecía encargarse.

El 27 de septiembre de 1162 firma otro acuerdo, el Tratado de Agreda, esta vez con el aragonés Alfonso II el Casto.

En 1165 Fernando contrajo matrimonio con doña Urraca, infanta de Portugal e hija deAlfonso Enríquez, con gran contentamiento de todos y en especial del monarca portugués. Por aquel tiempo restauró y repobló a Ledesma y Ciudad Rodrigo, y esto dio motivo a que los habitantes de Salamanca que, al parecer, habían comprado la primera plaza por una suma considerable, tomaran la armas contra el rey y los magistrados de Ledesma; Fernando, sabedor de ello, marchó contra los sublevados con su ejército y los obligó por fuerza a volver a su ciudad.

El Rey, la familia Lara y los almohades

En este mismo año (1164) los anales Toledanos hacen mención de la batalla de Libriella, pero de tan lacónica manera que no es posible acertar entre quiénes se empeñó; sin embargo, la conjetura más probable es haber sido dada por el rey de León contra los Lara, y que de ella no saldría el primero enteramente bien librado. En efecto, poco después se celebró la paz con los Lara, lo que es probable que no hubiera hecho si su bando hubiese sido el victorioso. Sea como fuere, don Fernando y los Lara se reunieron otra vez en Soria, y convinieron en que, para poner Toledo a cubierto de las armas sarracenas, darían a los caballeros Templarios la plaza de Uclés, situada en los confines de Andalucía. El rey de León receloso de que rompieran la paz estipulada, se alió con Sancho VI de Navarra para intimidar a aquellos magnates, y de este modo pudo dirigir sus tropas contra los almohades, a quienes tomó Alcántara y Alburquerque.

La conquista de Badajoz y la paz con el nuevo reino de Portugal

De 1166 a 1168 rey de Portugal, Alfonso I Enríquez, se había apoderado de varias plazas pertenecientes a la corona leonesa. Fernando II repobló por aquellos días Ciudad Rodrigo, y el portugués, sospechando que su yerno la fortificaba con el propósito de molestarle, envió contra aquella plaza un ejército mandado por su hijo, el infante heredero don Sancho. Acudió el leonés en auxilio de la plaza amenazada, y en un encuentro que tuvo con las tropas portuguesas las puso en completa derrota, haciendo gran número de prisioneros. Despechado el portugués, entró por Galicia, se apoderó de Tuy y de otros muchos castillos, y en el año 1169 acometió primero la plaza de Cáceres. Luego acometió contra Badajoz poseída por los sarracenos, pero que pertenecía, en caso de conquista según el tratado de Sahagún, a la monarquía de León. Esto no obstante, Alfonso Enríquez, sin respetar aquellas convenciones ni los lazos de parentesco que le unían con Fernando, atacó la plaza y quiso hacerla suya. Casi lo había logrado y los musulmanes habían sido encerrados en un extremo de la población, cuando Fernando II se presentó con sus huestes y atacó a Alfonso en las calles de Badajoz.

El portugués, que conoció la imposibilidad de sostener la lucha, quiso huir a uña de caballo, pero al pasar la puerta pegó contra uno de los hierros que la guarnecían y se rompió un muslo. Fernando trato a su suegro prisionero con gran nobleza y generosidad, haciéndole tratar por sus mejores médicos. Esta campaña dio por resultado un tratado de paz entre ambos reyes, en virtud del cual Alfonso recobró la libertad, con la sola condición de que devolvería al leonés las ciudades de Cáceres, Badajoz, Trujillo, Santa Cruz y Montánchez que en sus dominios le usurpara. Vencidos por Alfonso I Enríquez, los musulmanes se dirigieron en 1173 contra los estados de León, intentando apoderarse de Ciudad Rodrigo; pero don Fernando, que supo su marcha, se encerró sin vacilar en la plaza con las escasas tropas que pudo reunir en León, en Zamora y en varios lugares de Galicia, dando orden al resto de su ejército de reunirse con él cuanto antes. Los musulmanes fueron derrotados y sólo pudieron conservar su libertad aquellos que apelaron a una inmediata fuga. Entre los cautivos se halló Fernando de Castro, gobernador de Toledo, que se había refugiado en territorio musulmán en 1166, y conmovido el monarca leonés por sus desgracias y agradecido a los servicios que en otro tiempo le prestara, le admitió otra vez a su servicio colmándole de bienes y honores.

En 1170 crea la Orden de Santiago, con el fin de proteger a los peregrinos que visitan la tumba del Apóstol Santiago.

Matrimonio anulado y segundo matrimonio con Teresa Nuñez; alianza con los Lara

Diez años hacía (1175) que don Fernando II estaba casado con la Infanta Urraca de Portugal; pero informado el Papa Alejandro III de que los consortes eran parientes en tercer grado pues ambos eran nietos de Urraca y Teresa, hijas de Alfonso VI de León y Castilla, les obligó a separarse amenazándolos con la censuras eclesiásticas, con gran sentimiento y pena de Fernando; no obstante, algún tiempo después se casa nuevamente, con doña Teresa Nuñez de Lara, hija del conde don Nuño de Lara.

Invasión a Castilla y conferencia de Tordesillas

Por motivos desconocidos Fernando invadió (1178) los estados de Castilla. Se apoderó de Castrojeriz y Dueñas antes que Alfonso VIII hubiese podido poner estas plazas en estado de defensa, y éste encontró, se ignora por qué causa, un aliado dispuesto a auxiliarle en Alfonso I Enríquez de Portugal (1178), que envió al momento a su hijo don Sancho contra su cuñado. Poco o nada se sabe de esta guerra, que sería sin duda de muy corta duración. En 1180 se avistaron en Tordesillas, donde pusieron fin a sus diferencias, los reyes de León y de Castilla. Ese mismo año pierde a su esposa Teresa, al dar a luz un hijo, fallecido poco después de nacer.

Ordenación del territorio

Una de las labores más perdurables de Fernando II fue el impulso a la naciente realidad urbana. Otorgó cartas de fuero a muchas ciudades y villas: en 1164, a Padrón y Ribadavia, en 1168, a Noya, en 1169 a Castro Caldelas y a Pontevedra, en 1170 a Tuy, en 1177 a Lugo.

Favoreció también a monasterios como los de Sobrado, Melón, Armenteira, Moraime o Xubia. Benefició a la Iglesia compostelana otorgando una pensión vitalicia al Maestro Mateo. Durante su reinado se fundó la Orden militar de los caballeros de Santiago y se concedió por el Papa Alejandro III la gracia del año santo jubilar jacobeo (Bula Regis Aeterni, año 1181). Esto determinó el apogeo de las peregrinaciones y el desarrollo económico por el Camino de Santiago.

Tercer matrimonio con Urraca López de Haro y Muerte

En 1185, y tras la muerte de Doña Teresa Nuñez de Lara, casó Fernando II en terceras nupcias con doña Urraca López de Haro (hija de don Lope Díaz, señor de Vizcaya, Nájera y Haro), con quién mantenía relaciones amorosas desde 1180.

Don Fernando auxilió luego al portugués, cuando los musulmanes sitiaban a Santarém. Urraca López, conociendo que se acercaba el término de la vida de su esposo, quiso elevar al trono de León a su único hijo superviviente, don Sancho, en perjuicio de don Alfonso, su hermano, que tuviera don Fernando de doña Urraca de Portugal. Para lograr su designio sostenía que el nacimiento de Alfonso era ilegítimo en cuanto había sido anulado el matrimonio de su padre, y éste, anciano ya y agobiado bajo el peso de sus achaques, se dejó por semejantes razones y desterró de su corte a su hijo primogénito. Este destierro fue un triunfo para la reina que, aprovechando la ausencia de su entenado, hizo todos los esfuerzos imaginables para acercar a su hijo al trono de su padre; los señores le opusieron una resistencia invencible, y, para mayor desgracia para la ambiciosa Urraca, el rey Fernando II, de quien unánimemente dicen las crónicas que fue esforzado, benéfico, liberal y piadoso, murió en Benavente, de regreso de su peregrinación a Santiago de Compostela, a los treinta y un años de su reinado. Fue inhumado en la catedral de Santiago de Compostela donde se conserva el sepulcro con su majestuosa efigie románica yacente (en la Capilla conocida como El Relicario).

Descendientes

De su matrimonio con doña Urraca de Portugal, en 1164, nació:

De su matrimonio con Teresa Nuñez de Lara, hija del conde Nuño Pérez de Lara y Teresa Fernández de Traba, en 1178, nació:

De su matrimonio con Urraca López de Haro, hija de Lope Díaz, señor de Vizcaya, Nájera y Haro, en 1185, nació:

  • García Fernández (1181 - 1184) (nacido antes del matrimonio).
  • Sancho (1186 - 1220), señor de Monteagudo y Aguilar, que casó en 1210 con Teresa Díaz de Haro, hija de Diego López de Haro, señor de Vizcaya, y Toda Pérez de Azagra.
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