Homenaje a Mercedes Castro

El Ángel del Señor anunció a María. A Mercedes se le anunció el ángel constitucional de la poesía aunque algo prematuro porque muy joven aun, en su tierra natal, León, ya se había implicado decididamente en esto de escribir sueños. Formando parte de un grupo de jóvenes poetas. Cuando vino a Córdoba, donde todavía es feliz, se notició de un grupo que aquí llevaba un tiempo ejerciendo esta cosa de la poesía. Y fue una tarde, quiero recordar que en el Hotel Maimónides donde entonces teníamos sede itinerante, adonde llegó con su antología –su tesoro- del Grupo Barro para conocernos y darnos su conocer. Fuimos teniendo noticia de su obra que, a decir verdad, a mí me sorprendió y sé que a todos, por tan nena como era todavía y ya con tanta carga de cosa madura. Con nosotros en el Grupo Zubia y cuando pudimos tener nuestra revista propia estaba ya presente con su palabra austera en cada número que salía pues, con su buen hacer ya se había ganado un sitio propio en ella.

Se veía abiertamente que su voz era distinta, era castellana y esta circunstancia imprime carácter, cómo no en su obra. En esa tierra privilegiada había escuchado voces queridas y sugestivas que habían dejado su impronta como las de Guillén, Salinas, Diego o Dámaso y de todas ellas lleva Mercedes Castro bastante en su equipaje poético. Mercedes, fiel a sus raíces que por supuesto ella honra como así se siente honrada, nos regaló su poesía de una sobriedad manifiesta seca, sin el barroquismo del sur; fría a pesar de su existir en estas tierras cálidas.

En su poesía hay todo lo que entendemos como tradición española y universal, no canta a las cosas, hace hablar a las cosas y mantiene con ellas un diálogo en el que analiza los temas eternos: la soledad, la angustia del vivir, la libertad, la muerte que ella asume como última dádiva; el paso del tiempo pero sin nostalgia, la vida toda abierta pero sin tragedia. Su cosecha verbal sin alarde estético, porque su estética es consustancial con la belleza.

A Don Antonio Machado le ocurrió otra cosa, siendo del sur se apartó del barroco y asumió su tierra de adopción donde encontró el amor tardío que vino a ser su derrota…

Otro río de la poesía de Mercedes es el culturalismo, al menos en su libro Retablo Orsini. Había leído Bomarzo de Mújica Laínez y de esta lectura nació un libro de cabecera, el antes mencionado Retablo Orsini, que es una joya literaria por como Diana se obsesiona en la protección de su nieto: “Vicino, mi pequeño,/ tu fealdad me pone en guardia el tiempo que me resta/ y me anega la prisa por colmarte/ por amarte de amor contra ti mismo,/ contra los que vendrán a demoler mi obra. O, el odio de Vicino por la hermosura de su hermano Girolamo: Un tumulto de sangres/ mezclará sabiamente tu soberbia/ siglo a siglo, para que un día el Tiber/ diera con todo al traste y la medusa/ de tu cabello flote suavemente.

Para acabar, su libro El retrato quebrado da fe de cuanto he dicho: su estilo irremediable, la verdad de su voz mesetaria, su fidelidad a la tradición española y eterna de la poesía y el cariño irrenunciable a sus amigos que la queremos.

• Francisco Carrasco Heredia. Palabras dichas en el Homenaje a Mercedes Castro, (Noches de poetas y flamencos, Bodegas Campos, 2 de abril de 2004)