Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
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Leovigildo
Leovigildo (? - 586), rey de los visigodos de 572 a 586. Obtuvo el reinado después de la muerte de su hermano Liuva I. Casó por dos veces: su primera esposa fue Teodosia, de quien tuvo a sus hijos Hermenegildo y Recaredo; su segunda esposa fue Gosuinda (viuda de Atanagildo).
Contenido
El reinado
Bajo su reinado se produce uno de los momentos más estables del reino visigodo. Llevó a cabo reformas tendentes a la unificación jurídica a través de la reforma del derecho visigodo conocida como Código de Leovigildo, en la que se permitían los matrimonios entre godos e hispanorromanos (penados con pena capital en el código de Alarico, con el fin de integrar a la población y contribuir a la conciencia unitaria), ley que por otra parte había perdido su fuerza según el mismo Leovigildo. Según algunas teorías se trataría del primer código de alcance territorial en Hispania -para godos e hispanorromanos- desde la caída del Imperio Romano de Occidente. En el 572 tomó la ciudad de Córdoba que se había rebelado (algunos autores sostienen que aún no había sido dominada por los visigodos). Combatió a los bizantinos, asentados en la Bética, arrebatándoles parte de la región que controlaban.
Sometió a los suevos en el año 585 (su territorio pasó a ser la sexta provincia del reino visigodo) y aunque sofocó la rebelión de los vascones, parece que a estos no llegó a someterles. Intentó la unificación del reino bajo la fe arriana, mediante la conversión de los católicos al arrianismo, para lo que convocó un Concilio y dio una serie de facilidades a los católicos para su conversión, como la no necesidad de bautizarse de nuevo. Pero su política fracasó y al final de su reinado permitió a los desterrados por motivos religiosos regresar a su tierra. Reformó la moneda y saneó la situación financiera del reino, en crisis desde el final del reinado de su predecesor, Atanagildo.
La historia del reino hispanogodo desde Leovigildo es la de una tensión permanente entre las tendencias de la realeza y el episcopado (representante, en aquellas condiciones, de la mayoría de la población) y una aristocracia que nunca se debilitó lo suficiente ni perdió del todo sus tradiciones germánicas, si bien cada vez más degradadas. El carácter electivo de la monarquía y la "costumbre" del regicidio parecieron cambiar cuando Leovigildo fue sucedido por su hijo Recaredo y este por el suyo Liuva II.
En el 580 se produce la rebelión de su hijo mayor Hermenegildo, que se convirtió al catolicismo tras casarse con la princesa franca Ingundis. El matrimonio, que debió haber sido un nexo de unión entre ambos pueblos, se convirtió en un grave problema, ya que la princesa era católica y recibió malos tratos por parte de su abuela y suegra, Gosuinda, madrastra de Hermenegildo, para que se convirtiera al arrianismo. Ya sea para evitar problemas o como una demostración de confianza, Leovigildo envió al matrimonio a la Bética, pero Hermenegildo se sublevó a los pocos meses proclamándose rey en Sevilla. Aunque para los autores católicos Hermenegildo fue un mártir por la causa católica, no están tan claras sus intenciones y más bien parece que su rebelión fue debida a su propia ambición que a querer establecer el catolicismo en el reino. Leovigildo, que se encontraba ocupado en su campaña contra los vascones, no reaccionó en un principio, pero en una campaña el año 582, tomó Mérida, Itálica, Sevilla y Córdoba. Hermenegildo fue apresado y desterrado a Valencia, muriendo asesinado en extrañas circunstancias en el 585 (por un visigodo de nombre Sisberto). La opinión mayoritaria fue que su padre ordenó su muerte tras no conseguir que Hermenegildo volviera al arrianismo. (Su hijo fue declarado santo mártir de la religión católica como san Hermenegildo).
Leovigildo Murió en Toledo y le sucedió su hijo menor Recaredo.
Fundó la ciudad de Recópolis (Zorita de los Canes, provincia de Guadalajara), en honor de su hijo Recaredo, siendo el primer rey visigodo en fundar una nueva ciudad.
Leovigildo y los vascones
Leovigildo emprendió diversas campañas militares a lo largo de la geografía de Hispania, relatadas en la única crónica contemporánea de Juan de Biclaro y que resultaron en el afianzamiento del poder del reino de Toledo. En el 581, una de estas campañas se dirigió contra los vascones, permitiendo la fundación de la ciudad visigoda de Victoriacum o Victoríaco para controlar el territorio de Vasconia.
Probablemente la razón para esta campaña es que Leovigildo conocía los saqueos vascones en la zona comprendida entre el Ebro y los Pirineos. La prioridad dada a esta campaña, que coincide con el primer año de la rebelión de su hijo Hermenegildo, parece indicar que estos saqueos eran importantes.
La crónica de Biclaro
El tercer concilio de Toledo. En el año octavo del emperador Mauricio, que es el año cuarto del rey Recaredo.
Por precepto del príncipe Recaredo fue congregado en la ciudad de Toledo el santo sínodo de los obispos de toda Hispania, Galia y Galicia; el número de los obispos fue de setenta y dos. En este sínodo, en orden a su conversión y a la de todos los sacerdotes y del pueblo godo, estuvo presente el rey cristianísimo Recaredo, quien entregó a los obispos el tomo con la profesión, escrita de su mano y todas las cosas que corresponden a la profesión de la fe ortodoxa; el santo sínodo de los obispos, reconociendo el contenido de este tomo, ordenó ponerlo junto con los documentos canónicos. El peso de los asuntos del sínodo recayó sobre San Leandro, obispo de la Iglesia hispalense, y sobre el bienaventurado Eutropio, abad del monasterio servitano.
El mencionado rey Recaredo, como hemos dicho, estuvo presente en el santo concilio, imitando en nuestros tiempos al antiguo príncipe Constantino el Grande que había honrado el santo sínodo de Nicea con su presencia, y también a Marciano, emperador cristianísimo, a cuyas instancias se habían firmado los decretos del sínodo de Calcedonia. Ya que si en la ciudad de Nicea comenzó y mereció ser condenada la herejía arriana, aunque sin ser desarraigada; y si en Calcedonia fueron condenados Nestorio y Eutiques, junto con su protector Dióscoro, y también sus herejías; en el presente santo sínodo de Toledo, después de un largo tiempo de matanzas de católicos y de estragos entre los inocentes, con la insistencia del mencionado príncipe Recaredo, rey, la perfidia de Arrio ha sido completamente desarraigada para que no vuelva a brotar, y se ha dado la paz católica a las Iglesias.
Esta nefasta herejía, según lo que está escrito: De la casa del Señor saldrá la prueba, creció en Alejandría a causa del presbítero Arrio, y fue detectada por San Alejandro, obispo de aquella misma ciudad. Arrio y su doctrina fueron condenados en el sínodo de Nicea, por el juicio de trescientos dieciocho obispos, en el año vigésimo del emperador Constantino; pero después esta herejía no sólo contaminó las partes de oriente y de occidente, sino que con su perfidia sedujo también las del mediodía, las del septentrión, y aun a las mismas islas. Por tanto, desde el año vigésimo del emperador Constantino, príncipe, en cuyo tiempo comenzó la herejía arriana, hasta el año octavo de Mauricio, príncipe de los romanos, que es el cuarto año del reinado de Recaredo, van doscientos ochenta años, durante los cuales la Iglesia Católica sufrió la infección de esta herejía; pero, con la ayuda del Señor, venció, porque está fundada sobre roca.
Fundación de Victoriacum
La campaña vascona concluyó con una victoria sobre los vascones a proximidad del lugar donde se funda Victoriacum, en los llanos de Álava, una fortaleza que permitiría controlar a la vez las montañas del Oeste de Navarra y la zona de la depresión vasca. Aunque este enclace, al igual que "Oligitum" La actual Olite, parece que fueran fundadas como bastiones defensivos frente a los vascones, que perduraron al margén del control visigodo, en la zona montañosa, al norte de la divisoria de aguas.
Las guerras de Leovigildo
De entre los 14 años de reinado de Leovigildo, en sólo uno -el 578- estuvo en paz dedicándose a la construcción de la ciudad de Recópolis. Al comienzo de su reinado, emprendió campañas contra los bizantinos, con escaso éxito. Posteriormente, derrotó las sublevaciones del sur y el norte del país, conquistando la ciudad de Saldania (Saldaña) donde los nobles cántabros se habían refugiado, emitiendo moneda con la leyenda "Leovigildus Rex Saldania Justus". En el 576 combatió a los suevos de Galicia, pero hizo la paz con el rey Miró, la conquista definitiva no llegaría hasta el 585, siendo rey Andeca (o Audeca, o Odiacca). Luchó también contra los francos y en el 581 contra los vascones.
Véase también
Bibliografía
- Collins, Roger (2005). La España Visigoda, 409-711. Barcelona: Crítica. ISBN 84-8432-636-5.
- Thompson, E.A. (2007). Los Godos en España. Alianza: Serie Humanidades. ISBN 978-84-206-6169-8.
Enlaces externos
- MERINDADES Materiales de Historia de Navarra para la Educación Secundaria pág 59. Vascones y Visigodos
- HISPANIA GERMÁNICA
- Moneda de Leovigildo