Mal gusto

Peter Jackson era un chaval de 22 años con una panda de amigotes que se aburrían soberanamente en su Nueva Zelanda natal. Un buen día se compró una cámara de video y tras leer un cómic decidió hacer un corto. Entre todos los amigotes se rascaron el bolsillo y compraron unos cientos de litros de miel, colorante (rojo, naturalmente) latex y unos rollos de cinta para la cámara. Y se pusieron manos a la obra. Pero el dinero pronto se acabó, y el rodaje se paralizó. Cuando reunían algo de dinero, compraban más rollos y rodaban más escenas. Así de fin en fin de semana, tras cuatro largos años, el corto se había convertido en un largometraje de 90 minutos y, con el paso del tiempo, pasó a ser una obra maestra, un icono del cine gore, una obra de culto alabada por los amantes de este género tan especial y denostada por aquellos cinéfilos que no entienden o no comparten el gusto por la sangre y las vísceras en la pantalla.

El éxito de esta opera prima quizá se debiera a que consiguió distribución internacional y así fue conocida en el mundo entero. Posteriormente y tras el éxito de su primera película, unos productores pusieron en las manos de Peter Jackson un fajo de billetes para que hiciera otro film, de temática gore también, pero ya en plan profesional. El resultado fue el esperado, otra obra maestra del cine gore: "Braindead", aunque quizás sea más explícito su título en castellano "Tu madre se ha comido a mi perro", donde por cierto, trabajaba la española Diana Peñalver.

Pero volvamos a "Mal gusto" la cuna cinematográfica del autor de la trilogía de "El Señor de los Anillos". La historia cuenta la llegada de unos alienígenas que necesitan materia prima para una cadena de hamburgueserías espaciales, y acuden a nuestro planeta para proveerse de carne (humana, por supuesto). Invaden un pueblecito y el gobierno manda a un grupo de hombres para combatirlos.

La cinta tiene momentos memorables que perdurarán para siempre en la memoria de todos cuantos la hayan disfrutado, como olvidar ese delicioso potaje verde alienígena, esos sesos de quita y pon sujetados con el cinturón, esa motosierra, esas mutilaciones, esos miles de litros de sangre, gore total en estado puro. Pero no diré nada más, acudan corriendo hoy mismo al Videoclub más cercano y alquilen o compren esta maravilla del séptimo arte, les aseguro que no les dejará indiferentes, podrá gustarles, o no, pero después de verla, no podrán olvidarla jamás.

Reseña elaborada por el socio de la Sección de Cine del Ateneo de Córdoba Manuel Ortas Castilla.