Sobre Martínez Bjorkman

No nos conocíamos, Joaquín, aquellos veranos tuyos de Vistahermosa –pequeño recinto en el Brillante- donde erais pájaros de juventud los Álvarez Ortega, Jiménez Martos, Pepe Jiménez, Rafael Balsera y tú con ellos después, poetas, escritores, pintor y abogado de tan notable valía. Allí te ha roto todos tus proyectos la muerte inoportuna e ingrata.

Ahora es agosto, el mes desértico en nuestra ciudad; todo semiinmovilizado por razones climáticas ya familiarizadas con nosotros. Tú ya no estás entre tus amigos, los que te tratábamos con afecto. Pero aunque realmente no estás, lo virtual es que te has adelantado a nosotros algunos años, no sabemos cuántos pero, sólo eso, te has adelantado. Cuando nos llegue el otoño, a quienes estemos nos faltará tu comentario lúcido a una lectura poética del colectivo de mujeres escritoras cordobesas en CajaSur, donde nos encontrábamos y compartíamos opiniones. Cuando el tiempo lírico se aposente en nuestra bella ciudad, no estará tu voz audible como cuando se agrandaba de tono para matizar alguna propuesta en sesión ordinaria de la Real Academia, donde tu palabra ha tenido peso elocuente.

Cuando el otoño venga a ser benéfica presencia para todas las actividades ciudadanas, ya no te voy a poder entregar mi nuevo libro de poesía editado en los Cuadernos de Sandua de CajaSur y me veré huérfano de tus estímulos de siempre, que tanto me han impulsado a autovalorarme en poesía. Y volverán los meses a colgar exposiciones pictóricas en las distintas salas de la ciudad que tú desaprobabas, a veces, por falta de compromiso de ayuda comercial a los autores. Tú has propugnado mucho por la creación el tan deseado museo de arte contemporáneo en esta Córdoba donde viven y trabajan tantos y tan excelentes pintores. Me has comentado más de una vez que el Ateneo, sin una sede social, carecía de vida pública y civil y cultural, que es una de sus propuestas importantes. Si se consigue ya te lo anunciaremos. En el nuevo curso, echaremos en falta tus válidas propuestas culturales para la Bodega de Guzmán, donde se celebran lecturas poéticas los martes; Galería Studio Juan Bernier comentando algún cuadro con tu visión crítica siempre edificante.

En la Diputación o en la Posada del Potro te sentiremos próximo cuando se presenten libros y lecturas de apoyo a las nuevas generaciones de escritores y poetas. No te encontraremos en Viana, cuando la primavera nos propicia sus encuentros con la poesía en sus bellos patios, con el surtidor promoviendo rumores frescos del agua mientras la mosqueta y el arrayán nos toca con su mano perfumada y la noche vence sobre las celindas de los patios. Y cómo no mencionar la fértil idea de fundar la Asociación de Amigos de los Jardines públicos de Córdoba con lecturas nocturnas de estío en La Magdalena, entre el frescor del naranjo y la primicia de la recién restaurada iglesia y su bella linterna.

En Los Mártires, con participación de espontáneos, alumbrados, casi, por una vela de cera. O en el jardín de Los Poetas, donde unos malhechores indeseables han arrancado el rótulo que le da nombre.

Me parece estar junto a ti, como en aquel homenaje al Duque de Rivas en su jardín de la Victoria con Vicente, Carlos y Dionisio, rodeados de cordobeses con los paraguas celebrando la esperada lluvia primaveral. Menciono tu iniciativa para aquellos homenajes públicos a Salvador Allende, allí donde una lápida lo recuerda dando nombre a una calle de la barriada de Fátima, o el que a Góngora se le tributa dada 23 de mayo, en su aniversario, por amantes de su obra, en el Puente Romano, arrojando flores al Guadalquivir después de una velada poética ante su hermoso soneto. Todo esto, Joaquín, te lo debemos y te aseguramos que se seguirá repitiendo, con tu presencia en nuestro corazón para bien de la cultura y sus seguidores, por la que siempre has peleado con nobleza.

Francisco Carrasco
Diario Córdoba, 28 de agosto del 2000