Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba
Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.
CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.
Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.
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Valeriano
Publio Licinio Valeriano (Publius Licinius Valerianus) (200 - 260) fue emperador romano desde 253 hasta 260.
Al contrario de la mayoría de los usurpadores de la crisis del siglo III, Valeriano descendía de una familia noble y senatorial. De sus primeros años de vida poco se sabe, salvo que casó dos veces, la segunda con Egnatia Mariniana, de la que tuvo dos hijos varones: Galieno y Valeriano el Menor.
En 238 ya era princeps senatus, y Gordiano I negoció con él su reconocimiento como emperador por parte del Senado. En 251, cuando Trajano Decio otorgó a los censores poderes legislativos y ejecutivos tan amplios que reemplazaban prácticamente la autoridad civil del emperador, Valeriano fue elegido censor por el Senado. Decio le nombró gobernador de las provincias renanas de Nórico y Recia, conservando la lealtad del siguiente emperador, Treboniano Galo, que le pidió refuerzos para sofocar la rebelión de Emiliano en 253. Valeriano se dirigió al sur, pero llegó demasiado tarde: las mismas tropas de Galo le habían dado muerte y se habían unido a las de Emiliano antes de que Valeriano llegara. El Senado proclamó emperador a Emiliano, pero Valeriano no aceptó esta designación y marchó en su contra. Cuando ambas tropas se encontraron cerca de Spoleto, y viendo la superioridad de las de Valeriano, las legiones de Emiliano le dieron muerte, uniéndose al ejército de Valeriano para salvar su vida y proclamándole emperador. El Senado reconoció este nombramiento rápidamente, no sólo por miedo a las represalias, sino sobre todo, por considerarle uno de los suyos.
El primer acto de Valeriano como emperador fue nombrar a su hijo Galieno colega. Al principio de su reinado las cosas en Europa iban de mal en peor, y todo el Occidente entró en un auténtico caos. En Oriente, Antioquía cayó en manos de los persas y Armenia fue ocupada por Sapor I. Valeriano y Galieno encararon los problemas del imperio entre los dos, ocupándose el hijo de Occidente y dirigiéndose el padre a Oriente para solucionar el conflicto con los persas.
Alrededor de 257 Valeriano recuperó Antioquía y la provincia de Siria, pero al año siguiente los godos saquearon Asia Menor. Al final de 259 se trasladó a Edesa, pero una epidemia diezmó sus tropas, debilitando las posiciones romanas. Por circunstancias que se ignoran (posiblemente fue traicionado por su prefecto pretoriano Macrino) fue hecho prisionero por los persas, sin que llegase a firmar la paz con Sapor I. Se cree que fue cruelmente ultrajado (obligado a tragar oro fundido) y posteriormente ejecutado. Fue el primer emperador que cayó prisionero del enemigo. Con su piel los persas hicieron un trofeo que mostraban en su templo principal. A pesar de varios intentos de usurpación y con gran astucia, Galieno se aseguró el trono hasta su asesinato en 268.
Tras la muerte de Valeriano Siria, Cilicia y Capadocia fueron ocupadas y devastadas por los persas. La más completa anarquía se apoderó del Imperio, hubo ataques en las fronteras y en las costas por los piratas, terremotos y pestes que diezmaron la población, aprovechando el Senado estas circunstancias para fortalecer su poder.
Según la leyenda, el emperador romano, Valeriano murió a manos del rey persa Sapor I, quién le obligó a tragar oro fundido. Debido a lo incompleto y contradictorio de las fuentes, la cronología y los detalles del reinado de Valeriano son bastantes inciertos.