Mariana

Le viene el nombre a este cante de una canción folklórica andaluza en le que se repetía varias veces el de Mariana y que recientemente se ha ajustado al compás de tango, pero no ya al ritmo de éste, sino al más tardo de los tientos.

Popularizó dicha forma flamenca el llamado Niño de las Marianas. Pero luego las marianas estuvieron a punto de perderse. Bernardo el de los Lobitos, habiéndolas cultivado muchos años en solitario, consiguió salvarlas de un naufragio que parecía inevitable. Antes las habían cantado también Sebastián Muñoz El Pena y El Cojo de Málaga. Actualmente las han reivindicado y enriquecido, cada uno por su parte y a su manera, José Menese y Curro Lucena; el primero llevando aportaciones personales a su melodía, y peleando con sus tercios en profundidad el segundo.

De las letras de las marianas, irregularísimas, existen hasta la fecha sólo tres versiones, al menos que yo sepa: la clásica, que empieza por los célebres versos:

Yo vengo de Hungría…

con mi Mariana

me busco la vida.

Otra que compuso Moreno Galván para Menese, y la siguiente que canta Curro Lucena, de Salgueiro.

Hay quien desespera,

hay quien desespera…

Me duele hasta el alma,

¡qué grande es la espera!

Canta, compañero, canta,

por las calles y caminos canta y canta,

tú que llevas

las candelas

quemando tu entraña.

Ya las puertas te cierran con rabia

tú sigue adelante,

que la puertecita, la de tu verdad,

se abre, se abre.

Canta este fuego de tu corazón.

¡Qué importan la envidia y el viento

que a ti te desgarran,

porque tu voz es del cielo,

sangre de mi pueblo

tuya es la esperanza!

Fuente

• Andrés Salom (Didáctica del cante jondo. Ediciones 23-27. Murcia, 1976)